30.9.08

27.9.08

Frivolidades de primavera.

Confieso debilidades frívolas.
Mamá me decía que era extremista, siempre me gustaron las cosas sobre la cabeza, llámese sombreros, pañuelos, gorros, flores, pinches y un gran etc.
Y en los pies, zapatos, chalas, botas y otro gran etc.
Puedo vestir arpilleras, pero si van acompañadas de un lindo par de sandalias y un sombrero de flores, se completa el ciclo de la primavera.

¿Será muy superficial ser adicta a esta época?



(Por cierto, los zapatos son creación de Manolo Blahnik y la toma de: Mario Anzuoni),

25.9.08

Cabeza de primavera (2)

Hay cualquier cantidad de historias con esta época, toda flores y olores.

A mi amiga que le compro los periódicos le provocó una terrible gripe, tanto que me dejó sin el Decano este fin de semana.

A mi amiga P. se le inundó la casa porque los árboles (exhuberantes y añosos) le rompieron las cañerías. Hasta los árboles se han vuelto loquitos.

Mi amigo S. tiene una terrible alergia que, con esto de los plátanos orientales, le tiene muy a mal traer.

!Oh, primavera¡, bendiciendo a flores llenas y culpable de tant0s perjuicios ¿quién podrá entendernos?

21.9.08

El renacer.

Vuelve la primavera

Resucitando los perfumes.



Rompe la profunda seriedad del frío.



Con su inquieta mano pinta el mundo

Como los niños la blanca hoja

Del primer cuaderno.


16.9.08

De dieciochos y demases.


Hoy me di el tiempo de caminar por el barrio Estación Central.
La locura blanco-azul-rojo.
Donde miraba el mundo era de ese color, no exagero.

Y chinos, jóvenes, niños, mujeres, hombres chinos descargando camiones con rampa última generación (de camiones, digo, no de chinos, aunque también), comí, adivinen, ¡comida china!, rica la comida china pero tuve un problema, una terrible y vital dicotomía, la música. La música por todos lados no era china…¡ era colombiana!

Haberlo sabido antes, no es una conmemoración de los chinos, no señor, es de los colombianos ¿o no?



(la viñeta, gracias a el mostrador.cl)

Todo florece.


Las calles se han llenado poco a poco de colores y perfumes.

¿Será esta la última vez que vea los ciruelos en flor?

¿Veremos otra vez este cielo resplandeciente donde vuelan libres los volantines sujetos a pequeñas manos ingenuas?

He recordado este breve poema japonés:


" Ciruelo de mi puerta

si no volviese yo

la primavera siempre volverá.

Tú, florece."



13.9.08

Visita inesperada.

Cada vez que ocurre algún hecho insólito una se queda como a la espera.

¿Vendrá otro?

¿Volverá a suceder?

¿Por qué la maravilla no nos visita más a menudo?

¿Por qué alguien no viene hacia nosotros con su gracia y nos toca como hoy vino este pequeño jilguero a conversar a mi escritorio?

Así, nada más, sin aviso, entro a buscar mis cosas para irme a este largo fin de semana (toda la oficina está de vacaciones hasta el 22 ¡aleluya!), y desde la alfombra me mira, todo ojitos inocentes, toda espera. Le hablo para tranquilizarlo, quiero que se quede pero a la vez quiero que vuele hacia el patio. Él da pequeños saltos y de pronto, sin aviso, se levanta, grácil, fuerte, directo hacia la puerta, sin despedida, directo a los árboles.

Y desde ahí canta.

¡Oh, la libertad!

¿Era un ave o un ángel?


12.9.08

¡Por fin!


Caminando -tú sabes lo que recomiendan los médicos hacer ejercicio-, me topé con las exuberantes flores del magnolio, de los ciruelos, los cerezos, y mientras miraba por un largo rato tanta belleza, recordé las palabras el poeta Salomón en su libro Cantares:


"¡Mira, el invierno se ha ido,

y con él han cesado y se han ido las lluvias!

Ya brotan flores en los campos;

¡el tiempo de la canción ha llegado!

Ya se escucha por toda nuestra tierra

el arrullo de las tórtolas. "

5.9.08

¿Para qué leer?

Tengo una pequeña amiga de ocho años.

Nos hicimos amigas a propósito de recetas de cocina, ella hace unas deliciosas (cada vez mejores) galletas de avena con nueces. Le pedí que me enseñara y terminamos compartiendo recetas.

No es muy común que una persona "mayor", que ya pasó cierta curva, se relacione de manera fluida con los niños. Pero nos ayudan dos cosas, ella es muy considerada y trata de entenderme, cosa que es recíproca. Bueno, y yo soy un tanto inmadura, así que nos encontramos en temas comunes, leer y cocinar.

Hace algunos días le presté un libro gordo de cuentos para 8 años, lo conservo de esa promoción que hizo hace algún tiempo Copec. Creo que es una edad ideal para empezar a amar los libros.

Muchos se quejan de los chilenos malos lectores.

¿Con Internet en todas las casas?

¿Con aparatos de tv en todas las piezas?

¿Con celulares cada vez más sofisticados, mp3, mp4, juegos de video, cine en su casa, películas gratis?

La historia de la queja no es nueva. Según la historia, a Cicerón le pasaba lo mismo con los jóvenes romanos. Sin embargo, a veces en el Metro o en los buses, veo alguna madre acompañando en la lectura escolar a sus pequeños. O como mi amigo D. que vuelve cada noche de su trabajo, cansado de la exigencia cotidiana pero que se da a la tarea de juntar sus hijos alrededor de una cama y tendidos todos en ella leen algún trozo de las Escrituras Sagradas.


¿Para qué leer? Se preguntan los muchachos.
Porque leer te libera.
Te enseña.
Te anima.
Te provoca alegría.
Placer.
Te hace soñar con lugares misteriosos e inexistentes.
Cambia tu manera de mirar la vida.
Nos hace más comprensivos con las debilidades propias o ajenas.
Quizás en alguna palabra encontremos el perdido esplendor, la llave de la vida eterna o el mismísimo rostro de Dios que nos observa con paciencia.
De momento voy a disfrutar unas sabrosas páginas con mi amiguis de recetas.
Tal vez uno de estos días les comparta algunas.


¡Salud!

1.9.08

El desafío.

Con las primeras brisas de septiembre pareciera que algo cambia.


Indefinible.
Casi siempre es la tibieza olorosa de los brotes que emergen por todos lados, las flores blancas, rosadas, que anuncian con su perfume que terminó el invierno, no sé.

Y las hormigas se pasean por mi cocina buscando el sustento en los dulces azucareros.

Y es el mes que nos dedicamos a conversar de la Biblia, ese libro que nos habla del más grande amor.

¿Qué lugar ocupa la Palabra de Dios en nuestra vida, en nuestro mundo agitado y lleno de ilusiones volátiles y efímeras? ¿Qué tiempo dedicamos a saber lo que Dios piensa de nuestros días insignificantes? ¿En qué le hemos agradado? ¿Qué querrá de nosotros?

Buscar en las palabras la única, la total, la definitiva Palabra que determine mi existencia y le dé valor al resto de los días, esa es mi meta para este mes de septiembre.

El ejercicio que nos hemos propuesto con un grupo de amigos, amigas: memorizar un capítulo de la Biblia.

Una elige 1 Corintios 13


Otro el Salmo 127


O Apocalipsis 21


El evangelio de Juan 3

Así, vamos masticando renglón a renglón, letra con letra hasta insertarlas en nuestra memoria de tal forma que lleguen a ser parte de nuestra vida cotidiana.

Y tú ¿te atreves a hacer un homenaje a la Palabra de Dios?





(la fotografía: la Biblia que heredé de mi madre y que alguien se la apropió. Si ese alguien la tiene solicito me la devuelva)

Palabras para vivir.: Probidad y transparencia.

Palabras para vivir.: Probidad y transparencia. : El que ofrece un soborno  cree que –como un sortilegio-  funcionará siempre;   mientras d...