Como las chicas en los colegios, me detengo.
Una pausa, un momento para sentir el aire, las voces que cantan, la paz de una tarde cálida, el perfume del amarilis, el color de los claveles, la dulce textura del melón, en fin, los pequeños e insondables placeres.
Una pausa, un momento para sentir el aire, las voces que cantan, la paz de una tarde cálida, el perfume del amarilis, el color de los claveles, la dulce textura del melón, en fin, los pequeños e insondables placeres.
¿Serás feliz?
¿Puedes?
Oh, sí.
Solo basta detenerse un momento y dar gracias por respirar.
Por estas manos que escriben en la noche profunda.
Por los ojos que miran el color de la rosa.
Por el olor que aspiramos y la mano alzada que dice hola ¿cómo estás?
Solo basta detenerse un momento y dar gracias por respirar.
Por estas manos que escriben en la noche profunda.
Por los ojos que miran el color de la rosa.
Por el olor que aspiramos y la mano alzada que dice hola ¿cómo estás?
Y la voz que llama por el teléfono "que lo pases bien", o "te quiero".
¿Serás feliz en estos días?
¿Podrás?
Ruego a Dios que, mientras tus ojos se detienen en estas letras, tu corazón se llene de paz, la paz del que nace, la profunda certeza que hay una esperanza, más allá de nuestras limitaciones y dolores.
Se feliz.
Hasta el año que viene.
Un abrazo, gracias por leerme, gracias por el aliento y las palabras de amistad.
Hasta el año que viene.
Un abrazo, gracias por leerme, gracias por el aliento y las palabras de amistad.
(agradezco a liniers que nos ilustra con enriqueta)