Me declaro una mujer de fe, aunque a veces mis espectativas fallan y los temores rondan la noche.
Renuncio a las ataduras de fracasados días y me preparo para un tiempo sorprendente.
Mientras tanto escribo, escribo, escribo.
La más bella primavera de la vida es la última
primavera.
1 comentario:
¡Escribes, pero acá has estado flojona! ¿o no?
Se te extrañaba, toyita. Un beso grande y viva la primavera, aunque haya tanto polen, jeje
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