A menudo pienso en la mujer de sal -es casi un tema recurrente-, el mar, las carnes preservadas, el “pollo a la sal”, receta que me dio un amigo en el Sur, tú sabes, esos seminarios evangélicos donde se conversa de Dios, la doctrina, planes para superar dificultades y se comparte la vida con gente de todo Chile, esta vez a orillas del lago Llanquihue, aire puro incluido.
Jesús habló de la sal “Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y solo sirva para pisarla".
Según algunos estudios los chilenos consumimos 6 veces más la cantidad de sal necesaria.
(foto: agencia EFE)
1 comentario:
¡y yo que tengo un solo riñón desde los 9 años! y me encanta la sal.
Es muy gráfico eso de la sal insípida. De nada sirve. Es terrible pensarlo.
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