24.7.08

Historias misioneras (2)

"mientras viva yo, las piedras no hablarán." (Marcos Vidal)


El hombre lloraba como la mujer aquella, sin ninguna clase de pudor.Nadie entendía mucho.

Que una chica llore en las despedidas, pase.
Que un niño lo haga cuando pierde su juguete favorito, comprensible.
Pero que un varón de pelo en el pecho, con dos dedos de frente, culto, auto del año, celular, PC portátil y toda esa modernidad, llore en público nos pilla de sorpresa.
Pues él, lloraba.
Y quería que todos compartieran su pena.
Que lo "apapacharan" ( en el decir de una amiga) con alguna caricia que le aliviara el corazón quebrado.
Solo los que tienen hijos entenderían.
No, no solo.
Los que tuvieron hijos o hijas y se les fueron una tarde de verano.
A vivir entre los amerindios jíbaros.
O entre musulmanes. Cristianos entre islamistas, no muy buena combinación.
O a la Conchinchina, como C.
En esto de las misiones -una generosa iniciativa-, hay mucho de idealismo, de emoción, de metáfora. Es casi romántico hablar de misiones alrededor de una fogata o de una abundante cena.
La vida real es otra cosa.

Aquel hombre -humano él, apegado a los afectos- lo entendió de sopetón.
Y no le gustó.
Dar lo mejor, al primogénito, el hijo de sus ojos a una aventura incierta, como todas las aventuras, era superior a su comprensión humana.

Claro, él no contaba con la fe, la pasión, la pertinacia y el amor de un muchacho de veinti tantos, decidido a predicar "más allá de sus fronteras", siguiendo la premisa de Pablo: Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque para mí es una necesidad”.



4 comentarios:

alida dijo...

Ojo, me gusta estas historias misioneras, y el post de aromas es bellísimo
Un gran beso

ojo humano dijo...

Agradecida.
Más si viene de ti.
Un saludo con cariño.

x dijo...

Wow... qué fuerte, no?
Cuando las emociones se nos cruzan, no hay razón que las frene...

Entre tanto romanticismo,desafíos y aventuras, el consuelo se encuentra en las ganancias: todos crecen si dejan atrás las lágrimas que impiden ver los frutos de gozo y justicia...
Entonces, las lágrimas serán el tesoro que resplandece en el fondo, recordándonos que nada ha sido en vano!

ojo humano dijo...

Tú más que nadie sabe de qué hablo.
Y espero cuando tengas que cruzar ese puente Dios te dé la sabiduría del cielo.
Te quiero mucho y oro cada día por ti.

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