Camino sin prisa por la feria de frutas y verduras.
La dama de las flores me regala una sonrisa, ofreciendo la diversidad de esta temporada y -corta de genio como soy- no me atrevo a preguntarle de dónde trae tanta variedad, aun fuera de época.
Hay un aroma dulce que acompaña este tímido sol de invierno, eso basta para alegrar el día, las personas pasan y se detienen a mi lado observando este anticipo de primavera.
En cada mirada se refleja una espera, como si el invierno ya les hubiese cansado, la verdad es que ha sido un poco largo y bastante contaminado.
Las ancianas suspiran con esperanza.
Y yo pienso en el Norte, en el pronto viaje, en el abrazo acogedor de una amiga y el saludo cordial de un amigo, todos esperamos algo del porvenir, a pesar de este colorido presente.
Vivimos entre los recuerdos del pasado y el soñado mañana ¿será este un sentimiento nacional ?
Pero ahora, cuando una florista sonríe ofreciendo lo que tiene, que no es poco, un esplendor de cielo, la belleza, el movimiento, los perfumes, las voces, en este instante eterno y singular, redondo, perfecto, la vida se justifica a si misma con su mejor cara.
Tal vez esto es ser feliz, a algo así.
La dama de las flores me regala una sonrisa, ofreciendo la diversidad de esta temporada y -corta de genio como soy- no me atrevo a preguntarle de dónde trae tanta variedad, aun fuera de época.
Hay un aroma dulce que acompaña este tímido sol de invierno, eso basta para alegrar el día, las personas pasan y se detienen a mi lado observando este anticipo de primavera.
En cada mirada se refleja una espera, como si el invierno ya les hubiese cansado, la verdad es que ha sido un poco largo y bastante contaminado.
Las ancianas suspiran con esperanza.
Y yo pienso en el Norte, en el pronto viaje, en el abrazo acogedor de una amiga y el saludo cordial de un amigo, todos esperamos algo del porvenir, a pesar de este colorido presente.
Vivimos entre los recuerdos del pasado y el soñado mañana ¿será este un sentimiento nacional ?
Pero ahora, cuando una florista sonríe ofreciendo lo que tiene, que no es poco, un esplendor de cielo, la belleza, el movimiento, los perfumes, las voces, en este instante eterno y singular, redondo, perfecto, la vida se justifica a si misma con su mejor cara.
Tal vez esto es ser feliz, a algo así.
1 comentario:
Es que ya se siente la primavera a pesar del frío. ¿será por el anhelo de nuevos soles?
Un besote
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