En un minuto se te remece el suelo donde pisas.
Basta una voz al otro lado del teléfono, una noticia inesperada, un llanto al borde de la histeria y el corazón queda suspendido en un espacio atemporal.
Alguien muere.
Alguien ha decidido colgarse desde el techo.
Detalles que vas atando hasta conformar un paisaje humano que, sin aviso, artera y siniestramente te apresa la garganta.
Algo va ahogándote.
Inesperadas las palabras van ejerciendo una presión hasta que convulsa vomitas lo irresistible.
Ni la poesía, ni la belleza, ni la amistad, ni el color de las rosas pueden auxiliar en momentos así. En el fondo de la desolación sólo un nombre: Jesús, Jesús, Jesús.
La sola fe puede resistir.
La sola fe salvará al mundo.
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2 comentarios:
Esas llamadas inesperadas son horribles; pero muy cierto solo "Jesús" puede ayudar, la Fe
Un abrazo
Dios es nuestro pronto auxilio, nuestro socorro en tiempo de aflicción.
Nuestra confianza es saber que él no nos dejará ser tentados más de lo que podamos sobrellevar...
Que los tiernos brazos de Dios y su dulce voz sean el consuelo en estos tiempos.
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