26.7.07

Despedidas sin elástico.

Detesto las despedidas.
Eso de ir al aeropuerto y alzar pañuelos blancos y gritando a la distancia la canción del adiós me revuelve el estómago. O en el Terminal ir corriendo al lado del bus que se aleja hasta que duelen las rodillas, me parece bien para esa añeja película de Zhivago, almibarada hasta el mareo, pero no para esta realidad cruel y despiadada, en especial con los que se quedan.

Detesto las despedidas y en especial las con elástico.
Esas que te consuelan y te dicen "oh, sí, pronto nos volveremos a ver" o "vendré pronto a verte" cuando lo único que quieren es volar lejos, olvidarte.
Olvidarnos.

Admiro esos que se van y cierran la puerta de una vez.

Nada de disculpas.
Un corte sano, una herida limpia para que pueda sanar sin parches curitas. La honda herida de la ausencia cicatrizará más rápido y podremos olvidar sin traumas. Si el que se va te libera, el sufrimiento será breve.
Eso es ser una buena amiga- hermana- compañera- camarada - colega- pariente -socia.
Eso es algo que solo saben los que entienden de amistad.

Las ataduras hacen daño, impiden mirar a otros, hacer nuevos amigos, ver el futuro libre sin el / la ausente. Me dicen que eso es cruel. Perder la amistad es cruel, pero qué va, es parte del crecimiento, como los dientes de leche, la muñeca regalona, el primer silabario, la muerte de la madre, las amapolas en el trigal. La vida es renovación, las plantas pierden sus flores todos los inviernos, luego renacen esplendorosas, la vida es perder lo que se ama, obvio que duele.
Lastima.
Hace daño.
Apena.
Desvela.
Tristeza.
Desazón.
Desasosiego.
Soledad.

Todo eso lo sé, lo sufrí cuando te fuiste.

Y ahora que estoy medianamente curada, por favor, no repitas la despedida.


las amapolas gracias a: patrick seeger-efe

2 comentarios:

alida dijo...

Uffsss la despedidas son triste y, el que viene en el avión o en bus lo que hace es llorar, pero ahora me he puesto una meta recordar los bellos momentos compartidos
Un abrazo

AleMamá dijo...

Toyita, presiento que alguien querido se te ha ido y lo siento como propio, pero ¡qué sabia postura eso de cortar y cicatrizar lo antes posible!
Supongo que sabes que te siento como una amiga muy especial, muy parecida a mí, aunque tengamos cosas muy diferentes en nuestras vidas. Me pasa algo curioso contigo: te respeto mucho, valoro tu estatura moral y personal que intuyo, pues no nos conocemos. Hablas con tanta honradez y sentido común, con humildad, que no puedo dejar de decir lo que estoy diciendo.

Un beso.

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