25.6.07

Antiguas-modernas virtudes: humildad.

Generalmente pensamos que humilde es igual a pobre.


Muchos no quieren ser encasillados en semejante condición por el estigma social en que ha derivado la asociación.
Pero ser humilde es una valoración, una manera de ver el mundo, de reconocer a los otros. De apreciar sus cualidades.


La persona que al evaluarse considera que algo no está bien en su actitud y es capaz de corregirse, aunque le duela, ese podría decir que es humilde. El soberbio al no aceptar, o no ver ese defecto va perdiendo la capacidad de renovarse.


Se puede ser humilde o soberbio sin que medie la riqueza o el status.




Tal vez todo radique en esa buena receta del apóstol Pablo a los romanos: "Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado".


O sea, atina.





(la fotografía gracia de juan francisco somalo, hoy en santiago, con mucho frío.)

1 comentario:

AleMamá dijo...

Santa Teresa de Jesús decia, creo que con mucha razón: "tengo para mí que humildad es andar en verdad".

Sí, pues no es humilde el que se apoca sino el que reconoce que si tiene algo, no se lo debe a sí mismo. "¿Que tiene tú que no hayas recibido? y si lo recibiste, ¿de qué te glorías?" Lo bueno que tenemos son talentos regalados por Dios.

Un beso, Toyita, gracias por tus palabras en mi sitio. Estoy feliz de ser abuela ¡doble! y todavía no tengo ningún nieto nacido....otro don del Señor. Laus tibi Deus.

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