Tal vez el Transantiago sea un buen plan, solo que al momento le falta algo, no sé exactamente qué.
Se nos pide paciencia, sí, tal vez sea eso, somos un pueblo impaciente (pa' más remate eso).
Mais mejor leamos a don Ivo:
Los pobre viajan, en la central de autobuses
levantan los cuellos, como gansos para mirar
los letreros del autobús. Sus miradas
son de quien teme perder alguna cosa:
la valija que guarda un radio de pilas y una chaqueta
que tiene el color del frío en un día sin sueños,
el sándwich de mortadela en el fondo de la bolsa,
el sol del suburbio y polvo más allá de los viaductos.
Entre el rumor de los altoparlantes y el acelerar del autobús
temen perder su propio viaje
oculto en la niebla de los horarios.
Los que dormitan en los asientos despiertan asustados,
aunque las pesadillas sean privilegio
de los que abastecen los oídos y el tedio de los psicoanalistas
en consultorios asépticos como el algodón que tapa la nariz de los muertos.
En las filas los pobres asumen un aire grave
que une temor, impaciencia y sumisión.
¡Qué grotescos los pobres! ¡Y cómo sus olores
Incomodan la noción de la conveniencias, no saben comportarse.
El dedo sucio de nicotina restriega el ojo irritado
que del sueño retuvo apenas la legaña.
Del seno caído y dilatado escurre un hilillo de leche
hacia la pequeña boca habituada al llanto.
En la plataforma van y vienen, corren, aseguran maletas y paquetes,
hacen preguntas inconvenientes en las ventanillas, susurran palabras misteriosas
y contemplan las portadas de las revistas con el aire de espanto
de quien no sabe el camino del salón de la vida.
¿Por qué ese ir y venir? Y esas ropas extravagantes,
esos amarillos de aceite de palmera que duelen a la vista delicada
del viajante obligado a soportar tantos olores incómodos.
¿Y esos rojos contundentes de feria y parque de diversiones?
Los pobre no saben viajar ni vestirse.
Tampoco saben vivir: no tienen noción del bienestar
aunque algunos poseen hasta televisión.
La verdad es que los pobres no saben ni morir.
(Tienen casi siempre una muerte fea y poco elegante).
En cualquier lugar del mundo incomodan,
… viajeros inoportunos que ocupan nuestros lugares aunque viajemos
sentados y
… ellos de pie.
Ledo Ivo: Poeta, narrador y ensayista nacido en Maceió, Halagaos, Brasil, en 1924. Es una de las figuras más representativas de la literatura brasileña.
Traducción: : Margareth Cuellar
Foto:Emol
1 comentario:
Ledo Ivo, fuerte escrito de este poeta, y de verdad que describe al pobre tal como es...
Saludos
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